lunes, 25 de octubre de 2010

¿INFLULLO LA GUERRA DE PASIFICO EN LA PERDIDA DE LA PATAGONIA?


Valió la pena perder ciento de kilómetros de la Patagonia por un cedazo de desierto, en mi opinión fue mal estudiado por los ingenieros de la época, pero la situación en la que estaba el país mandaba todo.

Ya que los yacimientos mineros se habían acabado chile tubo que buscar otra fuente de recursos y esa fue el salitre en el norte. A mediados del siglo XIX el desierto de Atacama había adquirido un gran valor económico debido al descubrimiento de valiosos yacimientos de guano y, posteriormente, de salitre, ambos, entonces, con buena ley y buen precio en el mercado internacional.

Antes del inicio de la guerra Repúblicas de Bolivia y de Chile habían suscrito dos tratados de límites: el primero de ellos en 1866 (Tratado de límites de 1866 entre Bolivia y Chile) y el segundo en 1874, junto a un protocolo complementario de 1875 (Tratado de límites de 1874 entre Bolivia y Chile). Ambos tratados fueron ratificados en su oportunidad y canjeados en Santiago y en La Paz.
Bolivia había ocupado la región más importante del desierto de Atacama, situado al sur de su territorio y al norte de Chile, en la región de Antofagasta. Para que argentina no se uniera a la guerra se decidió atregar parte de la Patagonia.
Esta zona es muy rica en cobre, hierro y por sus salares, producto de las aguas de lluvia que disuelven la sal del suelo. Al evaporarse el agua, queda la sal allí acumulada.
Además, Bolivia desde el nacimiento a la vida independiente en el año 1825, tenía salida al mar por la ya mencionada Antofagasta. Sin embargo, esa región rica en minerales, era explotada por los chilenos. Allí establecieron la Compañía de Salitre de Antofagasta, que desde el 1 de mayo de 1872, inició transacciones comerciales de exportación de salitre con destino a Europa.
En 1866, Chile y Bolivia habían suscripto un tratado para que los dos países tuvieran libre acceso a la explotación de la zona cuestionada. En el año 1874, se decidió rever la cuestión, estableciéndose un nuevo acuerdo por el cual Bolivia no aumentaría los impuestos a los chilenos a cambio de que ella se convertiría en la única explotadora de recursos en la zona comprendida entre los paralelos 23ª y 25ª. Bolivia respetó cuatro años el arreglo, pero luego, con la asunción del presidente de facto, Hilarión Daza, en 1879, aumentó el impuesto a las exportaciones de salitre (cada quintal de salitre pagaría 10 centavos más, como impuesto de exportación) y programó el remate de las salitreras y ferrocarriles, para cobrarse la deuda. La subasta fue impedida por el gobierno chileno, que envió fuerzas militares a Antofagasta así desarrollándose la guerra
Aparte de lograr la alianza antihispánica, el enviado chileno José Victorino Lastarria traía a Buenos Aires el objetivo secundario de llevar a cabo lo estipulado por el artículo 39º del tratado de 1856 de paz, amistad, comercio y navegación entre la Argentina y Chile, que proponía o bien la negociación diplomática directa o bien el arbitraje como mecanismos para saldar el conflicto sobre la Patagonia y el estrecho de Magallanes. Pero Lastarria, procediendo más allá de sus instrucciones, propuso al gobierno argentino en febrero de 1865 una transacción que implicaba renunciar a las 9/10 partes de la Patagonia, a cambio de que el gobierno argentino reconociera al chileno la posesión de las 2/3 partes del Estrecho de Magallanes, toda la Tierra del Fuego y la faja que quedaba al sur de la línea imaginaria que se extendía desde Bahía San Gregorio hasta el grado 50 de latitud sur y desde allí hasta el paralelo de Reloncaví. (1) El memorándum que Lastarria envió a la cancillería chilena el 22 de febrero de 1865 permite conocer el contenido de la propuesta. En él decía lo siguiente:
La transacción sería ventajosa para nosotros porque no son sostenibles nuestros títulos a la Patagonia, y aunque lo fueran, no debemos hacernos ilusiones creyendo que aquella extensión sea otra cosa que tierras primitivas, incultivables y de todo punto ingrata a los hábitos y aspiraciones de la industria.
Nuestro límite en el Estrecho hasta la bahía Gregorio nos deja en él una extensión necesaria y aún mayor que la que necesitamos, para nuestra seguridad y para la ocupación de nuestro territorio austral, y como nuestra colonia allí necesita los territorios adyacentes, propongo que nos den el cuadrilátero que formaría una línea que se prolongase desde aquella bahía hasta el grado 50 en dirección recta, al norte, sin embargo, de que nos bastaría con el triángulo que formase esta línea, si se prolongase desde el mismo paraje al punto de intersección del grado 50 con la línea de nuestro límite oriental en la cordillera... Este será el último término de la transacción si no admiten el otro.
En cuanto a nuestro límite oriental al norte del grado 50 hasta el paralelo del cerro Reloncaví, propongo una línea en la base de las ramas exteriores orientales de la cordillera, con ánimo de cederles en este punto y fijar una línea en las alturas culminantes que determinan corrientes, como la tenemos en el resto de la cordillera que no está en disputa. Al sur del grado 50, el límite correría por una de las líneas propuestas para dejar territorios adyacentes a la colonia de Magallanes.
De esta forma podemos ver que la decadencia económica marco a chile, teniendo que hacer una guerra que a la larga pierde con creses con la perdida de la Patagonia chilena.